viernes, 9 de diciembre de 2011




APRENDER A ESCRIBIR

  • Anima a tus hijos a dibujar desde pequeños.
    Escribir no es otra cosa que dar forma a nuestro pensamiento, pero no hace falta saber escribir para representar nuestro pensamiento. Cuándo un bebé hace un dibujo, está poniendo en práctica su capacidad de abstracción, es decir, de dar forma a sus pensamientos. Anima a tus hijos a que pinten y dibujen desde antes de que empiecen a andar.

  • 2Empieza por las vocales.
    La escritura se compone de palabras, y éstas de letras, cada una de las cuáles representa un sonido. Cuando tus hijos empiecen a hablar, ayúdales a comprender que cada sonido se corresponde con una letra distinta. Empezar con las vocales suele resultar más fácil. Siéntate con tu hijo y traza con él las letras en un papel en blanco una y otra vez hasta que lo sepa hacer sólo.

  • 3Sigue con las consonantes.
    El siguiente paso es sentarte con tu hijo y enseñarle las consonantes. Que le quede claro que cada consonante y su respectivo sonido se corresponde con una letra. Siéntate con él y traza en un papel en blanco las letras  una y otra vez hasta que lo sepa hacer sólo. Ten paciencia, ¡te habrás dado cuenta que el número de consonantes que tiene el abecedario es muy superior al de las vocales!

  • 4¡A escirbir palabras!
    Ya hemos enseñado a nuestro hijo a escribir las vocales y las consonantes. Lo siguiente es enseñarle a combinarlas, es decir, a escribir palabras. Una palabra no es otra cosa que una representación de un concepto, y es importante que nuestro pequeño lo tenga claro. Una buena idea darle un folio con una foto de un objeto sencillo y hacer que escriba el nombre de dicho objeto. Por ejemplo, dibujar un burro en un folio y hacer que nuestro hijo escriba la palabra `burro´.

  • 5La clave está en la paciencia.
    Paciencia, paciencia y más paciencia. Aprender a escribir es algo que siempre ilusiona a un niño pequeño, pero también es algo muy difícil que puede llegar a resultar muy frustrante. Se paciente y pon mucho amor en la tarea
  • Cómo abordar los problemas de los alumnos que aprenden a leer con dificultad?


    Según el tipo de explicación que se dé a las dificultades en el aprendizaje de la lectura, así se plantea la corrección y la profilaxis. Y de la misma manera que distinguíamos dos grandes tipos de explicación: déficit perceptivo o déficit psicolingüístico, así ocurre con la intervención. No obstante, la explicación perceptiva es muy popular, como lo son las propuestas de intervención que de ella se deducen (hay un gran número de programas comercializados), mientras que otros planteamientos que hemos expuesto son menos conocidos, y por eso los analizaremos con más detalle.
    Un principio que guía todas las propuestas que vamos a presentar es que la intervención debe intentar corregir los componentes o habilidades deficitarios. Esto quiere decir que si un alumno tiene problemas perceptivos, la educación debe hacer lo posible para que esos problemas sean superados. Y algo parecido habría de concluirse en el caso de que situemos la explicación en déficits psicolingúísticos. Aunque esta argumentación será aceptada de buen grado, e incluso puede parecer innecesaria, conviene señalar que hay quien defiende lo contrario, al menos con alumnos con dificultades específicas en el aprendizaje. Es decir, que la (re)educación debería más bien compensar mediante el uso de las funciones o aptitudes indemnes los efectos, se supone que irreparables, de los componentes deficitarios. De esta manera, los niños que tienen problemas para convertir la ortografía en sonidos, pero que gozan de una buena capacidad perceptiva, deberían ser enseñados a apoyar su lectura en el reconocimiento global de las palabras (véase esta argumentación en Hynd y Cohen, 1987).
    Hay que reconocer que estamos ante una disyuntiva radical y que contiene enormes consecuencias. Desgraciadamente, y a pesar de su transcendencia, no tiene fácil solución. En cualquier caso, advertimos que desde una óptica educativa parece más razonable la estrategia de corregir los déficits y que ésta será la perspectiva que adoptaremos a lo largo del capítulo. En todo caso, cabe imaginar un compromiso, sin duda superficial, entre ambas opciones y diseñar la intervención de tal manera que en un primer momento se apoye en los puntos fuertes de cada niño e insistir, posteriormente, en los componentes deficitarios.
    Dos métodos para la enseñanza de la lectura
    Por Ileana Díaz Rivera
    (Consideraciones en torno al artículo:
    Acerca del Método de José Quintanal Díaz)*
    El propósito de José Quintanal Díaz en este artículo es criticar la confrontación que existe
    actualmente entre los dos métodos de la enseñanza de la lectura prevalecientes en los Estados
    Unidos: el método fónico y el método global. Para fines de este ensayo resumiré los aspectos
    más relevantes de ambos métodos:
    El método fónico enfoca el aprendizaje del lector desde una perspectiva didáctica como
    necesidad escolar. Este método requiere un procedimiento sistemático de la acción educadora y
    un carácter procesal basado en la identificación de grafemas, que permitan el acceso al contenido
    del texto. En él se practica la relación entre sonidos y símbolos. Este sistema da prioridad a los
    elementos lógicos y técnicos del lenguaje, poniendo todo énfasis en el proceso de aprendizaje y
    no en el resultado. Tiene una postura sintética.
    Por otra parte, El método global ( lenguaje integral) toma como punto de partida el
    mismo mensaje del texto, y, a posteriori, tanto el medio por el cual el niño accede a él, como su
    aceptación de la necesidad de un aprendizaje basado en la enseñanza sistemática de las reglas
    grafofónicas. En este método los aspectos fonológicos surgen por necesidad. El enfoque de este
    método es la comprensión del mensaje y se basa en la globalidad comunicativa.
    Quintanal considera que la confrontación entre los que apoyan un método u otro está
    cargada de un tono político, y se ha nutrido de la sociedad actual de los Estados Unidos en la
    cual existe una vertiginosa movilidad de información y una variedad de minorías culturales que
    reclaman respuestas eficaces para su aprendizaje. Este dilema ha cobrado una gran atención ya
    que se ha desatado en ámbitos de la administración gubernamental americana y ha sido
    secundada por los medios de comunicación.




    ¿COMO ENSEÑAMOS A LEER?


    Es evidente que no todos los componentes implicados en la lectura reciben el mismo tratamiento educativo. Podríamos decir, en términos generales, que los procecesos de nivel inferior (reconocimiento de palabras) reciben una instrucción más explícita y formal que los de mayor nivel (comprensión). Así pues, cuanto más complejos son los procesos, más difusa es la enseñanza. En ese mismo sentido, también cabría decir que cuanto más se ve la escritura como un (simple) sistema de representación del lenguaje oral, mejor definido y organizado está el esfuerzo educativo; y cuanto más la concebimos como un lenguaje, en menor medida podemos describir lo que hacemos en las aulas para facilitar su dominio. Esto, dentro de ciertos límites, es comprensible, pero en la medida en que se ha ampliado la educación obligatoria hasta los 14 o 16 años, resulta cada vez menos justificable.
    La enseñanza de la lectura ha dado lugar a dos grandes estrategias metodológicos. Los llamados métodos globales o de marcha analítica ylos métodos fonéticos o de marcha sintética. Dentro del marco en el que nos hemos visto, los métodos globales pueden concebirse como el desarrollo de la vía lexical de acceso al significado. Esto supone que el esfuerzo principal se dirige, y estamos hablando desde los modelos que hemos considerado en el capítulo anterior, hacia la creación en el alumno de un vocabulario visual extenso que permita el reconocimiento directo de las palabras y el acceso consiguiente al significado. Desde esta perspectiva, efectivamente, la lectura y el significado están unidos desde el principio.
    Los métodos fonéticos se centran en la otra vía, y su objetivo básico es enseñar al niño el código mediante el cual nuestros sonidos se convierten en letras o grafemas y viceversa. La principal ventaja del método es que una vez adquirido el código fonográfico, es posible interpretar todas las palabras escritas de las que tengamos noticia oral, y aquellas otras rigurosamente nuevas pueden ser descifradas y su significado indagado posteriormente. Sin embargo, este método separa inicialmente, y durante un tiempo variable, la lectura y el significado, un problema que siempre ha preocupado.
    Conviene, no obstante, destacar que el uso de la vía fonológica, que es lo que se adquiere inicialmente con los métodos fonéticos, no tiene por qué oponerse al desarrollo de la vía lexical. Al contrario, la vía fonológica puede llegar a ser un instrumento para la creación de un vocabulario visual y la posibilidad consiguiente de reconocer de forma inmediata las palabras escritas. La razón es muy simple: al encontrarnos con una palabra nueva necesitamos usar, como hicimos ver en el capítjilo anterior, el código fonográfico (la vía fonológica) para descifrarla, pero al mismo tiempo, esta experiencia de desciframiento puede familiarizarnos con su forma ortográfica y, conseguido esto último, será posible en lo sucesivo reconocerla de inmediato (es decir, por la vía lexical).
    La cuestión de los métodos sigue siendo objeto de controversia, por más que se insista en que una comparación global entre dos o más métodos oculta un gran número de aspectos que ejercen, por sí mismos, una evidente influencia sobre el aprendizaje. Así ocurre con la cantidad de tiempo dedicado a actividades de lectura, la experiencia efectiva de cada sujeto con el material incluido en cada método, el ritmo con el que se introducen nuevas palabras o fonos o el comportamiento del profesor. Todas estas variables afectan extraordinariamente al aprendizaje y no dependen, sin embargo, de la naturaleza de cada método en sí, lo cual explica la gran variación de resultados entre diversas clases que usan un «mismo» método. Una cuestión particular de este debate es la interacción entre el método y las aptitudes del aprendiz. Pues podría ocurrir que según las aptitudes del aprendiz un método estuviese más indicado que otro. Las evidencias, sin embargo, no son suficientemente sólidas a juicio de los que han revisado esta literatura (Barr, 1984).
    Hay varios aspectos en torno a los métodos que quisiéramos apuntar desde lo mencionado en el capítulo anterior. Primero, conviene recordar que la lectura implica las dos vías y precisa el trabajo simultáneo y la información que ambas proporcionan; por esa razón, un lector capaz, e independientemente del método de enseñanza en el que se haya iniciado a la lectura, debe dominar las dos vías de acceso. Segundo, las dos vías no son incompatibles; nuestra mente puede efectuar varias operaciones automatizadas a la vez, y estamos ante un caso particular de este fenómeno ~. Por último, se puede argumentar que en el caso del castellano la correspondencia entre los fonos y los grafemas es muytransparente, lo que hace particularmente viable el uso del método fonético (véase Clemente, 1987).
    En definitiva, desde la psicología de la lectura, tal y como aquí ha sido expuesta, lo importante, es asegurar el uso eficaz de las dos vías, y desde este punto de vista la querella de los métodos pierde parte de su virulencia.




    EL BUEN MANEJO DE LOS SIGNOS DE PUNTUACION

    Los signos de puntuación delimitan las frases y los párrafos y establecen la jerarquía sintáctica de las proposiciones, consiguiendo así estructurar el texto, ordenar las ideas y jerarquizarlas en principales y secundarias, y eliminar ambigüedades.

    El punto

    Artículo principal: Punto (puntuación)
    El punto (.) es el signo de puntuación que se coloca al final de los enunciados y las oraciones gramaticales en el español, además de en la mayoría de los lenguajes con el alfabeto latino. Se escriben sin dejar espacio de separación con el carácter que precede, pero dejando un espacio con el carácter que sigue a continuación, a no ser que dicho carácter sea de cierre. Existen tres clases de punto: el punto y seguido, el punto y aparte y el punto final.
    • Punto y seguido. Separa enunciados dentro de un párrafo. Quiere decir que se continúa escribiendo a continuación del punto; la primera letra escrita en este caso irá en mayúsculas. Por ejemplo: «Historia de España. El descubrimiento de América». Se denomina punto y seguido, nombre más lógico y recomendable que el también usual de punto seguido.
    • Punto y aparte. Separa dos párrafos de contenido diferente dentro del texto. A continuación hay que comenzar a escribir en línea distinta. Para seguir las normas se debe colocar sangría a la primera línea de texto del nuevo párrafo. Se denomina punto y aparte, aunque en algunas zonas de América se dice punto aparte.
    • Punto final. Siempre se coloca al final, cerrando un texto o enunciado. No es correcta la denominación punto y final, creada por analogía de las correctas punto y seguido y punto y aparte.1
    También se usa el punto para indicar que la palabra anterior es una abreviatura. En este caso se escribe la abreviatura seguida del punto y se continúa escribiendo de forma usual. Esta última clase de punto no se aplica en determinadas abreviaturas como puntos cardinales,acrónimos o medidas, que se consideran símbolos.

    La coma

    Artículo principal: Coma (puntuación)
    La coma (,) es un signo de puntuación que señala una breve pausa dentro del enunciado. Se emplea para separar los miembros de unaenumeración, salvo los que vengan precedidos por alguna de las conjunciones yeou o ni. Por ejemplo:
    María volvió a casa, hizo los deberes, cenó y se fue a la cama. —Mi casa tiene muebles, mesas y cuatro camas.
    Hay tendencias que admiten su uso para separar dos miembros independientes de una oración, haya o no conjunción entre ellos, siempre y cuando sean realmente independientes; pues, si no, estaríamos en el caso anterior:
    Los soldados saludaban, la gente aplaudía y los niños no paraban de cantar.
    También se utiliza para delimitar una aclaración o inciso:
    Nacho, mi primo, acaba de conseguir su primer empleo.
    Las locuciones conjuntivas o adverbiales, sea cual sea su posición, van precedidas y seguidas de coma, tales como: en efecto, es decir, en fin, por consiguiente.

    Dos puntos

    Este signo de puntuación (:) representa una pausa mayor que la de la coma y menor que la del punto. Detiene el discurso para llamar la atención sobre lo que sigue, que siempre está en estrecha relación con el texto precedente.2 Un uso importante y frecuente de este signo es introducir citas textuales (uso que a veces se le atribuye incorrectamente a la coma)

    El punto y coma

    El punto y coma (;) es un signo de puntuación; gramaticalmente, se utiliza para unir dos oraciones relacionadas en una sola frase (yuxtaposición):
    María estaba apenada por el examen. + María tendrá que estudiar más. = María estaba apenada por el examen; tendrá que estudiar más.Está lloviendo mucho. + No podremos ir caminando. = Está lloviendo mucho; no podremos ir caminando.
    Generalmente se puede sustituir por construcciones del tipo:
    María estaba apenada por el examen y tendrá que estudiar más. —No podremos ir caminando porque está lloviendo mucho.
    También sirve para separar los elementos de una enumeración cuando se trata de expresiones que incluyen comas:
    Había que estar en contacto con la naturaleza; dejar entrar el cielo, el mar y el viento; dormir sobre tablones, sobre el suelo; sentarse en sillas medio rotas.
    Además, se usa delante de las conjunciones o locuciones como pero, más, aunque, sin embargo, por tanto y por consiguiente cuando los períodos tienen cierta longitud:
    Creemos en la creatividad y la ruptura de los opresores cánones antiguos como medio de vida; no obstante, somos conscientes de que es necesario mantener un mínimo de tradición en nuestros trabajos.

    Las comillas

    Artículo principal: Comillas
    Las comillas (« », “ ”, ‘ ’) son signos de puntuación que se ponen al principio y al final de las frases, palabras escritas como citas, ejemplos, de aquellas que se quiere destacar, ya sea por importancia que le dé el autor o por su carácter irónico, vulgar o extranjero e impropio de la lengua que se está usando. A pesar de que está verdaderamente extendido el uso de las comillas inglesas (“ ”) es preferible emplear antes las angulares o españolas (« ») y reservar aquéllas, y finalmente las simples (‘ ’), para cuando deban entrecomillarse partes de un texto ya entrecomillado. Se utilizan, por ejemplo:
    1. Para citar textualmente algo: p. ej., «Me dijo que “supuestamente llegaría hoy”».
    2. Para señalar palabras usadas en un sentido distinto del normal, con el fin de indicar que se han seleccionado intencionalmente y no por error.
    3. Para indicar la intención irónica o sarcástica del empleo de una palabra.
    4. Para indicar algo sobre una palabra o expresión.
    5. Para presentar el significado de una palabra o expresión.
    6. Para destacar que una palabra o expresión es extranjera, se trata de un apodo o de un seudónimo.
    En español se utilizan tres tipos de comillas:
    1. Comillas castellanas, latinas, españolas, angulares dobles o guillemot (« »).
    2. Comillas dobles o inglesas (“ ”).
    3. Comillas simples (‘ ’).
    Asimismo, se distingue entre comillas de apertura («, “, ‘) y comillas de cierre (», ”, ’).
    Cada uno de estos signos tiene su propio uso. Como norma general, como primera opción se utilizan las comillas angulares. Si dentro de lo ya entrecomillado apareciera una segunda cita, se utilizarían otras comillas, siendo preferibles las inglesas, para dejar como recurso final las simples. Lo más frecuente es entrecomillar, desde fuera hacia dentro, en el orden siguiente: «...“...‘...’...”...»
    Las comillas simples se utilizan para marcar ejemplos en casos en que no resulta apropiado el uso de la cursiva. También se prefiere su uso para presentar el significado de una palabra:
    «—El autor dijo: “Las comillas ('signos de puntuación utilizados para demarcar niveles distintos en una oración') se usan profusamente en mi obra”.»
    Dice la norma que los signos de puntuación de una oración que contiene un texto entrecomillado deben colocarse después de las comillas de cierre (sirva de ejemplo el anterior), excepto cuando ese texto no pertenece a ninguna otra oración, es decir, cuando la frase u oración entrecomillada es individual.
    En español no se deja espacio alguno entre las comillas y su contenido. Cada idioma tiene sus propias normas de aplicación de las comillas.

    Los paréntesis

    Artículo principal: Paréntesis
    Los paréntesis (en singular paréntesis) son signos de puntuación. Se usan en pares para separar o intercalar un texto dentro de otro o para hacer una aclaración. Los distintos tipos son:
    • Los paréntesis propiamente dichos ( ).
    • Los corchetes [ ].
    • Las llaves '{ }'.
    Para distinguir ambos paréntesis se usa decir:
    • Paréntesis que abre o paréntesis izquierdo al símbolo (.
    • Paréntesis que cierra o paréntesis derecho al símbolo ).
    Igual que las comillas, cuando se han de emplear varias veces en un mismo fragmento se utilizan de la siguiente manera: (...[...{...}...]...)


    Signos de interrogación

    Artículo principal: Signos de interrogación
    El signo de interrogación es un signo de puntuación que denota una pregunta. Su origen se encuentra en el latín. La palabra «cuestión» viene del latín questio, o 'pregunta', abreviado como «Qo». Esta abreviación se transformó en el signo de interrogación.
    En la mayoría de los idiomas se utiliza un único signo de interrogación al final de la frase interrogativa: How old are you? (inglés; en español «¿Cuántos años tienes?»). Este fue el uso habitual también en español, hasta mucho después de que la segunda edición de la Ortografía de la Real Academia, en 1754, declarase preceptivo iniciar las preguntas con el signo de apertura de interrogación invertido (¿), y terminarlas con el signo de interrogación ya existente (?) («¿Cuántos años tienes?») al tiempo que se ordenaba lo mismo para los signos de exclamación (¡) y (!). La adopción fue lenta, y se encuentran libros, incluso del siglo XIX, que no utilizan tales signos de apertura. Finalmente se generalizó, seguramente debido a que la sintaxis del español no ayuda en muchos casos a deducir en qué momento se inicia la frase interrogativa, como pasa en otros idiomas.
    Una variante que no llegó a generalizarse fue la de utilizar la apertura sólo cuando el enunciado fuera largo, o con riesgo de ambigüedad, pero no para las frases breves y claramente interrogativas, como «Quién vive?». La influencia del inglés está haciendo retornar este viejo criterio. Incluso es común que en las salas de chat o conversaciones en línea en español se use solamente el signo (?) para preguntar, ya que ahorra tiempo al momento de presionar las teclas. Esto podría no tener gran importancia debido a que se está utilizando en conversaciones informales.


    Signos de exclamación

    Debe escribirse siempre uno para abrir (¡) y otro para cerrar (!), independientemente de la longitud de la frase, oración o fragmento que encierren. Se utilizan para señalar el carácter exclamativo de una oración. Se escriben para empezar y finalizar una oración exclamativa, exhortativa o imperativa. También van entre signos de exclamación las interjecciones:
    • —¡Siéntate!
    • —¡Qué linda eres!
    • —¡Cuidado con el perro!

    Puntos suspensivos

    Artículo principal: Puntos suspensivos
    Los puntos suspensivos (…) son tres puntos sin espacios entre ellos, son un único signo de puntuación que se utiliza al final de una palabra, frase u oración en lugar del punto u otro signo. Se utilizan para dejar en duda o en suspenso una acción y son alineados horizontalmente al nivel de la línea base de escritura.


    GuioN

    La raya (—), que no debe confundirse con el guion bajo (_) —especialmente en contextos informáticos— ni con el guion (-) —el cual es más corto— ya que tienen usos y significados muy diferentes, se usa para introducir un inciso dentro de un período más extenso y para señalar en los diálogos la intervención de cada locutor y los comentarios e incisos del narrador. Se escriben dos, una para abrir y otra para cerrar, excepto cuando el diálogo no prosigue, que es recomendable suprimir la última y sustituirla por el obligatorio punto; además, se escriben separadas del resto de la frase con un espacio, y pegadas al propio inciso. En el caso de los incisos puede sustituir a la coma para mayor aislamiento de los mismos, y también a los paréntesis, pero para expresar uno menor.

    aprendiendo las silabas

    Se llama sílaba a cada una de las entidades fonéticas en las que se divide una palabra. La división silábica se realiza mediante guiones ( - ) y dependiendo del número de sílabas una palabra puede ser:

    • monosílaba: una sola sílaba; en español no se acentúa salvo que haya dos palabras iguales para diferenciarlas (tilde diacrítica) o en casos como ciertos exclamativos e interrogativos. Ejs.: do,re,mi,fa,sol,la,si...
    • Bisílaba: dos sílabas. Ejs.: ca-lor, ma-no, ár-bol, li-bro...
    • Trisílaba: tres sílabas. Ejs.: re-pe-tir, or-ques-ta, re-co-ger...
    • Tetrasílaba: cuatro sílabas. Ejs.: cho-co-la-te, fe-rro-ca-rril, cons-ti-tu-ción...
    • Polisílaba: cinco o más sílabas. Ejs.: com-pu-ta-do-ra, con-me-mo-ra-ción, ge-ne-ro-si-dad.
    • Silabeo
      Cuando al escribir una palabra en un renglón no puede ubicarse en forma completa, la palabra debe cortarse ubicando parte de la misma en el renglón siguiente. Este corte nunca debe producirse en medio de una sílaba. Por lo tanto, la palabra debe cortarse al final de una sílaba.
      ahora te  presentare mas ejemplos con respecto a la clasificación de las silabas.
    •  monosílaba: 1 sílaba
      w bisílaba: 2 sílabas
      w trisílaba: 3 sílabas
      w polisílaba: más de 3 sílabas

      La división silábica tiene especial importancia en la escritura ya que en español no se permite dividir las sílabas de una palabra cuando ésta no cabe en el renglón en uso.
      En algunos idiomas el sistema de escritura es silábico, es decir, un carácter representa una sílaba. Probablemente el ejemplo más conocido sea la escritura kana del japonés, pero en realidad cada carácter representa lo que se conoce como mora, una unidad fónica que a menudo equivale a la sílaba, pero que en ocasiones es una subdivisión de la misma.
      Por último, las sílabas pueden recibir o no "golpes de voz" según hagamos hincapié en su pronunciación. Encontramos, pues, sílabas átonas (sin golpe de voz) o tónicas (con golpe de voz). En español, casi todas las palabras tienen una única sílaba tónica. A modo de ejemplo las palabras: resultante, esdrújula, avizorángel (marcada en negrita la sílaba tónica y en fuente normal las átonas).